Querido Eulalio,
Hace unos días que nos has abandonado.
Estaba en la sede con Vicente. Sonó el teléfono y tras oír a Conchi, se nos contrajo el pecho. No era esperada tu muerte y nos queda el consuelo que los últimos años vividos han sido una verdadera aventura y hemos podido conocer muchas cosas juntos. Tu vida, a pesar de la dureza de sus principios, se ha despedido de manera dulce. ¡Pero han quedado tantas cosas en el tintero!
Quería decirte que representabas muchas cosas, tras el mito, está la persona y ésta ha sido de talla mayor. Conocido en el Barrio de San Marcelino, por eso acudieron tantos vecinos y de Santa Cruz de Moya donde tenías casa y familia, nadie puede decir en tu contra una sola palabra. También vinieron Juanbe y la familia de «Ino», desde Madrid.
Siempre he intentado explicar la especial relación que estableciste con La Gavilla Verde y con todos los que te conocimos. Fina, tu hija, que ha sido un sol en tu vida, es una amiga desde la adolescencia, pero no tenía recuerdo de tu persona hasta que decidimos iniciar nuestro trabajo por la memoria. Fue durante las primeras y las segundas jornadas, pues no te perdiste ninguna de las charlas y eso me llamó la atención. No levantaste la mano para intervenir, no asumiste ningún protagonismo. A los meses nos fuimos al Jerte y fue allí donde conocimos tu pasado. Fueron ellos los que nos desvelaron, que el padre de Fina, Eulalio Barroso Escudero, había sido en su temprana juventud un guerrillero extremeño en la Sierra de Gredos, bajo el alías de Carrete.
Barroso no es un apellido de Santa Cruz de Moya. Fue Teo el que dijo: el padre de Fina. Y nadie sabíamos nada. Habías estado con nosotros en las dos primeras ediciones de nuestras jornadas, pero habías callado tu pasado. Buenas razones tenías para ello, pero la principal, era tu modestia. Cuando pude verte, me dijiste, mi vida no ha sido importante, lo importante es lo que estáis haciendo y nos solicitaste el ingreso y no te has perdido una sola asamblea ni reunión y, en todas, has intervenido para dar tu parecer y desde que estamos en el ayuntamiento te has interesado por nuestra labor.
Quien ha querido ver en ti a un viejecito indefenso, preso de los calores del reconocimiento, se equivoca. No hemos dejado de atender tus observaciones, has sido parte integrante de nuestro hacer y se han tomado decisiones al abrigo de tus consejos, fuiste determinante en los peores momentos y junto con otros exguerrilleros, nos animaste a combatir el sectarismo y el autoritarismo, así presentamos batalla a todos los que quisieron que el acto de homenaje de Santa Cruz de Moya perdiera su espíritu originario.
Cuánto hablamos en aquellos años en los que llegaron a expulsarte de alguna reunión y a mal llamarte por tu férrea defensa de La Gavilla Verde , pues tú eras nosotros y nuestro mejor argumento.
A partir de tu descubrimiento empezaron a llamarnos los amigos de otros puntos para invitarte a que participaras en encuentros y jornadas: Los amigos del Jerte, de Talavera, de Puçol, de La Pesquera, de Roturas, de Madrid, de Barcelona, de Cuenca, de Valencia… todos están entristecidos con tu nada esperada muerte, los que no pudieron asistir llamaron o nos escribieron. Matías y Galileo hicieron las notas de prensa y El Levante, la prensa de Extremadura y hasta "El Mundo" han recogido la mala noticia. En Internet se han publicado reconocimientos y el compromiso de mantener tu nombre en la memoria. El Presidente de la Diputación de Cuenca hizo llegar un telegrama y estuvo en el sepelio José Camarasa y un buen número de socialistas valencianos.
No faltaron tampoco los amigos de Esquerra Unida y una representación libertaria pues aun siendo afiliado del partido socialista nunca olvidaste tus raíces y, en todos los actos, cuando te despedías, unías tus manos y hacías el saludo libertario.
Cuando pensamos que no te veremos subir la cuesta de la calle Real , se nos humedecen los ojos, nadie luchó con tanto ahínco por lo que significa nuestra asociación y por el tiempo y el trabajo invertido en devolveros lo que la historia oficial os ha querido negar: que fuisteis los hombres y mujeres más valientes que dio España y que por unos años con pobres medios y pobres armas no dejasteis que la dictadura se sintiera tranquila.
Pero al Eulalio que más echaremos en falta siempre será el padre de Fina, al vecino de Santa Cruz de Moya , al amigo que se sentaba con nosotros y se inquietaba por las cosas que pasaban a nuestro alrededor, el más inmediato y el más lejano, siempre volcado en denunciar a los que llevaron a varias generaciones a la pobreza cultural.
Saliste de San Miguel de los Reyes y te quedaste a vivir en Valencia obligado a firmar cada pocos días en comisaría. Encontraste trabajo y te casaste con una santacrucera, quién iba a saber que sería en Santa Cruz de Moya donde se levantaría el monumento al guerrillero y donde se desarrollaría el trabajo de mayor envergadura realizado en nuestro pais para recuperar la memoria de las personas que, como tú, perseveraron en todos sus actos en la búsqueda de la justicia y de la igualdad social. Solo podemos decirte que seguiremos adelante con el mismo desparpajo, con la misma ilusión que nos convence cada día de seguir el camino natural, el camino que nos hace más libres, gracias, muchas gracias, por los años que nos has brindado, por habernos servido de guía y esperamos que tu ausencia no embargue el feliz recuerdo de los días vividos en gavilla de amigos.
Siempre a vuestro lado,
Sierra y Libertad
Texto: Pedro Peinado Gil. Presidente de La Gavilla Verde .
Fotografía: José María Azkarraga.